“Evitar la deserción escolar con conciencia de clase”, opina Manuel Bello

Manuel Bello, ex decano de la Facultad de Educación de la Universidad Cayetano Heredia (UPCH) y asociado de Foro Educativo, opina en relación a la campaña de "Movilización Nacional contra la Deserción y la Promoción de la Reinserción Escolar" del Ministerio de Educación (Minedu).

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A propósito de la importante campaña iniciada por el Minedu, es necesario remarcar que los niños, niñas y adolescentes no "desertan" ni "abandonan" los estudios en las escuelas. La verdad dura y clara es que ellos son excluidos, que son expulsados y privados de la realización de su derecho a completar la educación primaria y secundaria por la sociedad y el Estado –que no les garantiza las condiciones esenciales de bienestar para asistir a la escuela y aprender– y por el sistema escolar, que les impone una educación sin pertinencia ni motivación.

Por eso, el desafío de lograr que todos los estudiantes culminen exitosamente la educación secundaria, en la edad que corresponde, debe comprometer a todos los sectores del Estado, a las organizaciones sociales y al sistema escolar en su conjunto, incluyendo a los directivos y docentes de cada institución educativa y de cada UGEL y Dirección Regional. Todos debemos preguntarnos qué podemos y debemos hacer para retener a los niños, niñas y adolescentes en las escuelas, y para ofrecerles allí una educación pertinente y atractiva.

Por otro lado, desde el punto de vista de una pedagogía solidaria, un objetivo de las escuelas debe ser convertir los grupos de aula o promociones escolares en grupos con sentido de identidad y pertenencia, que comparten y sostienen activamente el propósito de que todos sus integrantes, sin excepción, logren llegar hasta el final de la secundaria. Es decir, que todos culminen satisfactoriamente la educación secundaria debe ser –también– un objetivo explícito y prioritario para la comunidad de estudiantes que conforman un grupo de aula o una promoción en cada institución educativa.

Por supuesto, es un desafío a la pedagogía y al trabajo colaborativo de los docentes y directivos de cada escuela conseguir que cada promoción o grupo de aula se convierta en un sujeto colectivo organizado y cohesionado en torno a objetivos comunes, siendo la continuidad y culminación de los estudios uno de los más importantes.

Para un grupo de aula o una promoción organizada y consciente, la exclusión o expulsión de uno solo de sus miembros de su grupo y de su escuela debe ser motivo de reflexión y rechazo comprometido, y de exigencia a las autoridades para que se actúe de inmediato para prevenir o para recuperar al compañero o compañera afectados por esa amenaza a su proyecto de vida. La consigna "Nadie se queda afuera, nadie se queda atrás", debe ser un factor de unidad y de motivación para todas las promociones escolares desde los primeros años de la Primaria.

La cohesión, la integración, la inclusión, la valoración de todas las diversidades, las actitudes ciudadanas y democráticas, el sentido de equidad y de pertenencia a una comunidad, se construyen en la escuela a partir de este tipo de compromisos y prácticas concretas, que le dan vida real y cotidiana a los propósitos más relevantes del currículo escolar.

Si queremos una sociedad distinta, impulsemos la organización viva y pertinente de los grupos de aula o de las promociones escolares, que se apropien de objetivos relevantes y significativos y actúen como protagonistas del cuidado y el desarrollo personal y colectivo de cada uno y de todos sus integrantes.

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