Mujeres que se casan o conviven a temprana edad son más propensas a ser víctimas de violencia física y psicológica

Image title

El reciente estudio cualitativo Experiencias de convivencia, matrimonio y maternidad/ paternidad en adolescentes y jóvenes peruanos del Grupo de Análisis y Desarrollo (Grade) demostró que las mujeres que empezaron a convivir con una pareja a edad temprana (14 o 15 años) son más propensas a ser víctimas de violencia física y psicológica.

Entre las razones están la creencia de que deben de cumplir con su rol de esposas (relacionado más a una labor doméstica) y a la falta de algún soporte (familiar o institucional) que las pueda apoyar.

“Sus familias no están cerca para que las puedan ayudar ni tampoco tienen cerca redes que las apoyen. Además, están en una relación donde sus parejas toman la mayoría de decisiones. Probablemente el trabajo no es algo que ellos avalen porque les genera celos, peleas y discusión”, comentó Vannesa Rojas, investigadora adjunta de Grade y coautora del informe.

Este estudio se hizo en base a entrevistas a personas de distintas edades de Lima, Piura y Junín. Un 30% de las mujeres consultadas reconoció que empezó a convivir con una pareja a los 19 años.

“Las embarazadas a edad temprana son la población más estigmatizada. A nivel comunitario, son percibidas como alguien que ya se malogró la vida. Algunos jóvenes nos comentaban que eso pasaba en sus escuelas. Eran sometidas a bullying por parte de sus compañeros y a varios maltratos desde sus pares y de la institución misma”, añade la investigadora.

El estudio demostró también que las jóvenes empiezan a convivir para escapar de un entorno de violencia o para mejorar su situación y que, muchas veces, recurren a esto por presión social. De acuerdo con el informe, los adolescentes empiezan a convivir con conocimientos limitados sobre la salud sexual y reproductiva y que la sexualidad durante esta etapa de la vida no es aceptada por la sociedad y aún es vista como un tema tabú.

Por su parte, Francisco Bravo, investigador asistente de Grade, contó que en la selva alta de Junín encontraron mucha tolerancia a este problema. “No se sancionaba al agresor sino que se le daba una oportunidad y esto hacía que las chicas desistieran a ir ante las autoridades”, contó Bravo.

Recomendaciones

El investigador propuso una mayor sensibilización para el tema de violencia hacia las autoridades que atienden los casos.

“No solo debemos involucrar charlas a mujeres sino a los hombres para que ellos mismos puedan reflexionar sobre sus masculinidades y puedan tener un enfoque más amplio de lo que significa tener una relación sana”, propuso el investigador.

Entre las recomendaciones de los autores, publicadas en el estudio, se encuentran además la implementación de una educación sexual integral en todos los niveles de la educación básica, la creación de redes de cuidado para niños y niñas de distintas edades y la promoción a nivel local y comunitario del enfoque de igualdad de género y nuevas masculinidades.

Según Rojas, la primera propuesta se muestra como un reto para el país debido a que aún se ve a la infancia bajo un sentido de pertenencia y se siguen tomando decisiones por los niños.

“No estamos empoderándolos ni estamos dándole las herramientas que necesitan para que ellos ejerzan sus derechos desde que tienen dos o tres años”, explicó la investigadora.

Deja tus comentarios

Comentarios

  • No tiene comentarios